EXORCISMO FALLIDO
Hughes de inmediato hizo dos cosas. Pidió autorización al Arzobispado de Washington para practicar un exorcismo e internó a a Roland en una custodiada pieza del Georgetown Hospital, una institución dirigida por jesuitas y atendida por monjas. Roland fue atado con correas a una cama y permaneció tumbado con los ojos cerrados, aparentemente tranquilo. Pero, al entrar Hughes en la habitación, vestido con un birrete negro, una estola púrpura al cuello y con un aspersor de agua bendita en una de sus manos, Roland despertó violentamente y con la misma voz tétrica de antes le ordenó quitarse la cruz que llevaba oculta. Asimismo habría comenzado a proferir juramentos en lengua semítica y aramea mientras en su pecho comenzaban a aparecer nuevos arañazos en forma de palabras.
El padre Hughes se arrodilló junto a la cama de Roland y comenzó a recitar las oraciones previas para preparar el exorcismo. Pero, después que dijera la frase “Mas líbranos del mal”, Roland logró desasir una de sus manos y arrancó una pieza metálica del somier. Con la misma pieza Roland hizo una gran rajadura en el brazo izquierdo del sacerdote, desde el hombro hasta la muñeca, herida que debió ser curada posteriormente con más de 100 puntos. El exorcismo fue suspendido de inmediato.
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