CONTINUEMOS CON LA SEGUNDA PARTE
Todos estamos de acuerdo que esto era una historia poco común y muy impresionante. Hasta ese momento podía ser cierta o no, cosa que se me aclaró cuando, durante una entrevista telefónica con Josué, el ambiente de la cabina poco a poco fue cambiando. Empezó a salir frío de bajo la mesa, lo que me inquietó mucho. En ese preciso instante Josué nos sorprendió a los radioescuchas y a mí cuando desesperadamente mencionó que un ente se aproximaba a él.
—Es una mujer que flota y tiene una enorme boca de donde surge una lengua como de serpiente. Ahora está frente a mí y trae algo en la mano.
—¿Qué trae en la mano? —le pregunté.
—Una cruz invertida que en el centro tiene algo como un ojo —respondió el joven entre sollozos—, pero lo que me preocupa es que me dijeron que cuando viera esto me iba a morir.
—Es una mujer que flota y tiene una enorme boca de donde surge una lengua como de serpiente. Ahora está frente a mí y trae algo en la mano.
—¿Qué trae en la mano? —le pregunté.
—Una cruz invertida que en el centro tiene algo como un ojo —respondió el joven entre sollozos—, pero lo que me preocupa es que me dijeron que cuando viera esto me iba a morir.
Comenzó a llorar con un llanto lleno de angustia y terror. Le dije que se tranquilizara y escucharíamos a un experto en estos casos.
En ese momento mandé a corte comercial y solicité a mis productores que me comunicaran con el pastor Roberto Guazo, uno de los más importantes colaboradores del programa, un hombre comprometido con sus creencias y dueño de gran experiencia en casos espirituales difíciles. Fuera del aire comenté con el pastor el caso y lo que me estaba ocurriendo en la cabina. Me dijo que la situación del joven era muy grave y que invocara a Dios y abriera la sagrada Biblia. Así, los seres de maldad que habían llegado a la cabina se irían en la medida en que permaneciera en calma, pasara lo que pasara. Por supuesto, él hablaría con este joven que necesitaba ayuda urgente.
Entramos nuevamente al aire y Josué me indicó que el ser se le había aparecido meses atrás y en esa ocasión lo había golpeado como castigo, ya que había regalado dinero a uno de sus empleados que se encontraba en apuros y eso lo tenía estrictamente prohibido. En su casa diariamente aparecían fuertes cantidades de dinero, pero era exclusivamente para gastos personales y no podía regalarlo en beneficio de persona alguna.
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