UNA VIDA TRANQUILA Y EL ÉXITO DE LA PELÍCULA
Cuando Roland se marchó del hospital, su habitación fue clausurada con llave. En un cajón con llave del velador permaneció el diario escrito por el padre Bishop, el cual sólo fue dado a conocer en 1978 (nueve sacerdotes y 39 testigos firmaron un documento en el que afirmaron que el caso de Roland Doe fue un caso de posesión demoníaca auténtica).
Con respecto a Roland Doe, se asegura que después de la pesadilla por la que pasó tuvo una vida absolutamente normal. Se casó, fue padre de dos hijos, ejerció un empleo gubernamental y se radicó en los alrededores de Maryland. Y siempre se negó de plano a relatar o lucrar con su increíble historia.
En agosto de 1949, William Peter Blatty, un joven estudiante de literatura de la Universidad jesuita de Georgetown, leyó en el diario The Washington Post la siguiente noticia: “Un sacerdote libra a un joven de las garras del demonio”. 20 años después, tras investigar meticulosamente los hechos y cambiar a petición del padre Bowdern la verdadera identidad del protagonista por la de una niña, escribió una novela que tituló “El Exorcista” y que vendió 13 millones de copias. Dos años después, el libro sirvió de base para el guión de la película más aterradora de toda la historia, la primera en su género en ser nominada al premio Oscar y que también traería su propia carga de maldiciones. Pero esa es otra historia.
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